miércoles, 6 de junio de 2007

Margarita Salas

Decidió estudiar Ciencias Químicas y dedicar su existencia a la investigación científica cuando ninguna mujer en nuestro país se atrevía a hacerlo. Tres hombres confiaron en ella: su padre, que deseaba que llegar a la universidad; Severo Ochoa, que le dio una oportunidad en EEUU; y su marido, el también investigador Eladio Viñuela. Su inteligencia y las jornadas de 12 horas hicieron el resto y le han valido grandes éxitos. El último: ser la primera española que ingresa en la Academia Nacional de Ciencias de EEUU.
En 1961 en España no se consideraba seriamente a la mujer científica. Se pensaba que lo hacía para pasar el rato o que no valía para ello. Sin embargo, era diferente en Nueva York. Allí trabajo con Severo Ochoa en el 64· Se la reconoció. Fue la primera vez que se sintió persona, desde el pùnto de vista científico, según declaraciones propias.
Margarita Salas y su equipo llevan 4 décadas investigando un virus pequeño pero muy complejo: el phi 29. Han descubierto una proteina que se requiere para la multiplicación del ADN viral y esto es un sistema modelo para otros virus de interés sanitario (poliomelitis, hepatitis C...).
Las científicas tienen las mismas trabas que el resto de las mujeres: la sociedad no ayuda mucho a que la mujer pueda ser madre e investigadora de renombre.