Texto para pensar
(...) Muchos de nosotros permitimos que nuestras compañeras se levanten del lecho a las cinco de la madrugada mientras nosotros continuamos descansando.
Y cuando la mujer acaba de dejar su sangre durante doce horas para mantener a su explotador, llega a su casa y, en vez de descanso, se encuentra con otro burgués -compañero- que con la mayor tranquilidad espera que le haga todas las tareas domésticas.
Dictamen del Congreso de la CNT
(anarquista), 1910